sábado, 7 de novembro de 2009

Pues como diría mi abuela Anastasia, el tiempo es oro y quién lo pierde es un tonto. Si, hace 20 años que estupecfacta escuchaba que el dichoso muro de Berlin había caido, con placer la tv. nos enseñaba imágenes de gente subida encima de él, a martillazos, con las manos, con los ´puños, con cualquier cosa y principalmente con el corazón y el alma destruían pieda a piedra el maldito muro, ahora sin miedo de que ninguna fuerza bruta pudiese dispararles, con rábia dejaban caer mas que un muro físico uno moral, el muro de la verguenza que separaba dos partes de un todo, que por capricho de unos cuantos líderes en sú momento se levantó para dividir más que una ciudad, famílias, amigos, amores,.
Todo quebaba atrás gracias a Dios y la humanidad se alegró de ese fín, por un momento histórico todos, los blancos, los negros, los locos y los sanos nos unimos para celebrar, pocos momentos he podido vivir como este que me marcaron profundamente y resulta que ya hace 20 años. Dónde estuve yo todo ese tiempo?, quién me ha robado el mes de abril?.
`Mi abuela tenía razón....

quarta-feira, 4 de novembro de 2009

A veces nos encontramos cara a cara con los fantasmas del pasado, de toda la vida, de todas las vidas, y nos damos cuenta del sabor amargo que nos dejan en la boca, porque uno quisiera ver ese fantasma destruido, acabado, viejo, cansado, maloliente, abandonado infeliz, culpado y por el contrario nos deparamos con un jovial fantasmita, casi adolescente, con sonrisa sarcástica en la boca, con actitud de..... no ha pasado nada, soy un fantasma cojonudo, tengo una conciencia metida en el fondo del bolsillo y no me molesta.

Me alegro, tanto, ya no me importan los fantasmas.